La arcilla fue una de las primeras formas de medicina natural y sus virtudes terapéuticas continúan descubriéndose aún hoy.La estructura molecular de las arcilla le da un gran poder de... Leer más
La arcilla fue una de las primeras formas de medicina natural y sus virtudes terapéuticas continúan descubriéndose aún hoy. La estructura molecular de las arcilla le da un gran poder de absorción, tiene la capacidad de extraer las toxinas y sustancias nocivas del cuerpo produciendo efectos antisépticos y antimicrobianos. El alto porcentaje de sílice y aluminio explica sus propiedades curativas y propiedades antiinflamatorias. Una de las más notables características de la arcilla es la capacidad de llegar a la zona del cuerpo donde más se necesita. A diferencia de los productos químicos que pueden destruir indiscriminadamente tanto tejidos sanos como enfermos, la arcilla es selectiva en la búsqueda de agentes patógenos y no daña los tejidos, lo que permite una rápida restauración de la salud.
Formas de Aplicación: - Cataplasmas: alivia irritaciones en la piel, quemaduras, solor muscular y articular e incluso ayuda a combatir la celulitis. Se recomienda en casos de fiebre alta, dolor reumático, inflamaciones, esguinces, lumbago, contusiones, fracturas o picaduras de insectos. - Baños: mejora la mala circulación peeriférica y permite la relajación. Indicado en periodos de fatiga muscular.